MariachiCuando escuchamos la palabra mariachi, de inmediato viene a nuestra mente una infinidad de pensamientos: Garibaldi, las trompetas, el traje de charro, las canciones despechadas y bravías, la juerga, José Alfredo Jiménez o Lola Beltrán...
Es común haber entonado en alguna ocasión —con o sin tequilas de por medio— al son de un grupo de señores vestidos de charro, con guitarrón, violín y trompeta, algún son festivo —«negrita de mis pesares...»— o alguna canción de José Alfredo, «de dolor y contra ellas» —como «me cansé de rogarle...». Y es que no cabe duda de que el mariachi es parte de la vida festiva de cualquier mexicano. Las asociaciones son innumerables y con todas, sin excepción, el mexicano hace alarde de su patriotismo, su tierra y su raza. Quizá no sea tan arriesgado afirmar que la mayor parte de los habitantes de México se siente identificada con el mariachi, lo siente suyo y lo acepta como un digno representante del país en el extranjero. |
TradiciónSe dice que, cuando llegaron los frailes españoles a Cocula, se dieron cuenta de la facilidad de los lugareños —conocidos como indios cocas— para reproducir sonidos armónicos y, al correr el tiempo y ser totalmente conquistados por los españoles, éstos transformaron sus propios ritmos autóctonos y adoptaron instrumentos españoles como el violín y la guitarra y luego el guitarrón y la vihuela, instrumentos sin los cuales el mariachi que hoy escuchamos carecería de su sonido característico.
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El salto a la historiaDurante el Virreinato, la música de mariachi era menospreciada por la aristocracia y había permanecido en el medio rural.
En 1905 las cosas cambiaron, al considerarse al mariachi como un grupo pintoresco digno de presentarse en foros citadinos. Así, un grupo de mariachis fue llevado a cantar en un cumpleaños del presidente Porfirio Díaz y, dos años después, en 1907, nuevamente el presidente Díaz los invitó a amenizar una fiesta ofrecida en honor del secretario de estado estadounidense Elihu Root. Se dice que este grupo vino exprofeso desde Guadalajara e interpretó sones y jarabes, y algo importante: ¡que ésta fue la primera vez que un «mariachi» se vistió con el atuendo ahora ya característico de charro! |
Supuesto origen francésTanto en los diccionarios, como en la cultura popular a la palabra "mariachi", se le atribuye un origen francés que se remonta a la invasión.
El autor de “El mariachi. Símbolo musical de México”, cita en su libro un texto tomado de El Universal Ilustrado del 9 de agosto de 1925: “El Mariachi [...] arranca, que se sepa, de la época de la Intervención Francesa, y su voz original significa, en francés, matrimonio; que por una frecuente corrupción vino a parar en ‘Mariachi’. Se basa en la creencia de que en los tiempos de la Intervención Francesa (acaecida en 1862), durante una boda de rancheros en un poblado de Jalisco llegaron unos soldados franceses, quienes sorprendidos ante tal jolgorio, en el que los músicos tenían un papel muy importante, preguntaron sobre aquella fiesta. El interlocutor lógicamente contestó: “C’est un mariage” (en francés), y así fue como los franceses denominaron al conjunto musical. |